Dos Almas, un sueño: ¡Nuestro Coffee Maux!
En los albores del nuevo milenio, en un pequeño rincón del colegio, una sor vislumbró un sueño que pocos podían imaginar. En un terreno baldío, donde no existía más que la promesa del mañana, ella soñó con erigir una cafetería, en una época en que estos lugares eran simplemente casetas metálicas patrocinadas por empresas de aguas gaseosas. Aunque los recursos económicos de la época limitaron su sueño, plantó la semilla de lo que sería conocido como «Coffee Maux».
Fue quince años después que una nueva directiva, guiada por la visión de mejorar la modesta cafetería, tomó las riendas del proyecto. Sin embargo, dos años de pandemia pusieron un freno a muchas aspiraciones, incluyendo la renovación de aquel rincón especial. No fue sino hasta el 2023 que el proyecto recibió la ansiada luz verde.
El colegio estaba lleno de expectación cuando todo el claustro religioso con quienes se venía trabajando partió a nuevos destinos y dieron paso a un equipo totalmente nuevo. La incertidumbre flotaba en el aire, ¿quiénes eran estas nuevas sores y cuál sería su método de trabajo? Con la construcción concluida, la cafetería estaba lista para ser entregada…
La sorpresa más grande aguardaba al final del camino… una de las recién llegadas, ahora la directora del colegio, no solo había heredado la cafetería, sino que descubrió que su sueño compartía los mismos cimientos que esta directiva. En un giro divino, dos personas, separadas por el tiempo y unidos por un sueño común, habían convertido el modesto proyecto en una realidad culminante.
El 2024 marcó el año en que los sueños y la nueva directora convergieron, dando vida a un lugar único: Nuestro «Coffee Maux». Un testimonio de cómo Dios, en su sabiduría infinita, entrelaza los hilos del destino, colocando en el momento preciso a dos individuos que compartían un sueño común.
Coffee Maux no es solo una cafetería; es la manifestación tangible de un sueño que trasciende el tiempo. Un lugar en donde todos podemos compartir y soñar, recordándonos que a veces, los destinos se entrelazan de maneras que solo Dios comprende.
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